E inauguro el surrealista Verdadero Maestro. Hágase la luz... y la oscuridad.

Bien, supongo que entre los conocidos no hace falta introducción, se presenta Axel haciendo su primera entrada. Espero que no haya ningún sargento de artillería Hartman que venga a controlar mis palabras (aunque lo dudo por dos buenas razones: soy yo quien suele ejercer esa ardua tarea y, además, reiterándolo, somos todos conocidos).

Aunque también es cierto que me he encontrado con un sombrío personaje de "hackérico" nombre y, en un principio, de oscuras intenciones, que me ha mandado un email sin duda funesto. ¿A quién se le ocurre cambiar musedavid (nombre bastante malo, se que la pregunta suena imbécil ahora, pero sigue leyendo) por Helldoor?

Al final, sé que el mensajillo, que al final no era de ningún cracker, me abre otra puerta de demencia que no jode mi ordenador (al menos, no directamente), sino mi atormentada mente. Debo agradecer a gmail (marca reg) por brindar a mis enemigos la oportunidad de invitarme a sus blogs y a mis amigos la oportunidad de perseguirme como si fueran los primeros.

Y como no encuentro ningún tema más del que hablar (caminar, esperar de pie, esperar sentado, volver a esperar sentado, volver a caminar, comer algo bajo en nutrientes y sentarme a escribir cansa -y sí, se que más de la mitad de las acciones tienen que ver con estar en reposo o estar en reposo haciendo algo, pero mi cuerpo se resiente de salir de la cámara criogénica que es mi cama-), hago una frase larga -ya os he introducido a ella- sin puntos (.) ni puntos y coma (;) para que a mitad tengáis que releerla, volver a leerla por llegar a algo que no habéis entendido y después recordar mis muertos, familia o domicilio para retorcidos planes de venganza -y creo que tras tacharos de lerdos, alguna gana tendréis.

Pero tranquilos, que ya me despido inaugurando un blog que va a estar abandonado por Mr. Apático, ridiculizado por Mr. Cracker-que-en-realidad-no-es-un-cracker y laureado por Mr. Pelota (más planes de retribución, señores). Venga, ¡fiesta! -típica frase mía, más aún que terminar una oración con una explicativa de la anterior en un bucle infinito, véase ahora-.