Alien Morning (Crónica de la mañana de un Cizaño)

No he dormido una mierda. menos de cuatro horas. De todas formas, también me he puesto el despertador media hora antes (falta de práctica más que ruptura de una rutina, más bien). PEro tranquilo, que, inesperadamente, no tenemos sueño. Así que pongamos el despertador a la hora que era y tumbémonos a pensar en nada.

Bueno, es la hora, hay que irse. ¿Cómo? ¿que no hay tanta prisa? Miremos el Urban Dead.

Mierda.

67 Podridos en la esquina suroeste del centro comercial. Hay uno en la noreste. Tres tiros en el torso y dos escopetazos finales dan buena cuenta de él y arrojo su cadáver por la ventana como venganza inútil contra esos cabrones comedores de carne humana (alguien diría antropófagos -más que caníbales, como diría cierto científico de Dawn of the Dead-, pero me gusta lo pedante-.

Se me intenta colar una abuela porque una joven no sabe cómo seleccionar en una pantalla táctil que quiere hacer un solo viaje y a Alicante. La abuela no sabe como cancelar el doble viaje, prueba de que quiere colárseme. Eso y que se ha puesto delante de mí desde atrás. Arreglo el problema de la joven. Me pongo delante d ela abuela, pago mis 4'30 € religiosamente con una moenda de 50 céntimos, dos de un euro y una de dos. Empieza el hilo musical by Axel and his friends (Rush, Pink Floyd, Jethro Tull, Genesis y King Crimson).

El tren tarda. Bueno, aquí están las mismas caras de siempre. Al llegar, That's All . Eso digo, Phil, eso es todo y buena canción.

El de destino a Murcia (y, en medio, Elche, para los perdidos) está esperando a ser reensamblaod en la vía principal, y tarda más de lo normal. Subo. Segundo vagón. No me apetece hablar con nadie. No encuentro a nadie en mi vagó a falta de 5 minutos para salir. Mando un mensaje al murciano compañero de clase (codename: Huertano). Cup of Wonder Jethro Tull me acompaña en mi desesperación, y lo paro. Como m pongo nervioso, le llamo. Está sobando y hoy es fiesta en Elche (curiosamente, no en Alicante y sí en San Vicente. Abro la puerta del vagón no sin cierto esfuerzo y me cuelo sin saber qué pensar en el tren que me había traído desde San Vicente. Sigamos con Cup of Wonder . Ahora sí que la escucho como debería, debo haber bebido de ella. El sol pega en los edificios y me he vuelto a sentar en dirección contraria al recorrido de tren (mejor decir adiós que hola). Mensaje de "no era hoy", mandado dos veces, con parte final cambiada. "te arrancarñe la piel a tiras" al ingeniero mecánico más despistado de todos los tiempos -auque preguntar en medio de un "botelleo" tampoco era buena idea. "Estaré en nada, ¿quedas?" al Sr. Cracker.

Por el camino, buena música. Antes de llegar a la última parada, Xanadu me parece la mejor canción que podría sonar nunca, y me toca aleatoriamente. Inyección de endorfinas. Me dura hasta cuando me doy cuenta, viendo si venían coches, de que hay una barraca o como quiera que le llamen en estas fiestas. Me fijo en el suelo y, aunque los funcionaros de limpieza (codename: barrenderos) han quitado la porquería "física", la "espiritual" sigue ahí: El líquido no se quita tan fácilmente. "No, estoy en la cama", dice David. O escribe, no sé.

En la calle nueva empedrada del nuevo ayuntamiento, cuatro siguen empalmando noche con día, saliendo de lo que creía un bar con bocatas, pero era de un portal entre un bar y una droguería. Juegos de palabras baratos aparte. No puedo sino sonreír endorfínicamente: podría ser uno de ellos, para lo que me había servido el sueño, e iba vestido de universitario de vuelta a casa (véase: con un bolso-extraño-que-si-me-preguntas-no-es-un-bolso pa levar las cosas).

Al terminar la calle, una gitana de metro y medio va sucedida por su hijo. Cruzo la calle, el semáforo me pilla en verde (¿o soy yo quien lo pilla a él?). "Eso es dinero negro, nananana por eso lo has cosneguío" -se olle sobre los cascos-, mientras la gitana grita a la otra "pernera" de la calle. Un extraviado más se la queda mirando y se queda muy confuso al verme detrás de la comparsa surrealista. Siempre he tenido la trez algo morena (¿gitano unversitario postfiesta madruguero yendo hacia los campos? Debo haber sido su peor pesadilla resaquera en años).

Hey, ¿esa que esqiva mi mirada es la hermana de Pablo? ¡Qué demonios! Se parece un huevo. "Hola". Pasa de largo "Eh... ¡buenas!" -ya a su espalda-. Puede que no fuera ella, después de todo. Me ruborizaría ahora mismo, pero seguía en efecto la inyección de endorfinas, así que lo único que me recarcomía la conciencia eran los casi cinco € de viaje estúpido matinal. One Slip . Sí. A Momentary Lapse Of Reason ,eso digo yo.

Encauzo mis pies hacia el peligroso y serpenteante "Camino Final" (mala solución, si lo captáis). Sé por qué la gente cree en dioses. Porque siempre debe haber algo más grande que sea quien te está pisando tan repetidamente. Las endorfinas comienzan a debilitarse al golpearme de cara el gran Dios Sol, el único a quién podía elevar mis plegarias para que se largase, mi cabeza peor que el estado resacoso de los Perdidos y Condenados, pobres chavales que se arrastravan hacia los portales de sus casas en estos momentos, últimos juerguistas.

Me río y canto con Brain Damage ( The lunatic is in my head -hahaha- ). No hay nada mejor que esa canción para terminar el paseo. ¿O sí? La Providencia decidirá. Providence Vivan los Inmortales. Bueno, King Crimson. Cuando llega la parte tenebrosa de la canción, los perros intentan jodérmela. Que se jodan ellos. Le miro a uno a losojos y se calla. Sí, a aquel que siempre me ladra a quemarropa para ver si me sobresalto y me atropella un coche que pase por ahí (que, por cierto, parecen acercarse más al peatón este en el canal que esté cuando lo ven).

Meto el bocata en la nevera, digo al levantado "no era hoy hoy no", y me pongo a escribir esto. The Serpent ( Beware the Future.. ). Así empiezo, y termino con New World Man . Y sigue Rush...